Son muchos los especialistas que se han pronunciado sobre la raíz de la violencia contra las mujeres y en general el mal que afecta también y en peor grado a ancianos y principalmente bebés.
No se han manifestado aún organizaciones de profesores o autoridades ni menos ongs que trabajan la violencia contra las mujeres porque los bebés no importan para sus propósitos al parecer, ha señalado Rodnier Garay quién además señaló que ni la prefectura o municipios tienen interés en cortar la violencia de raíz.
El propio arzobispo de Ayacucho parece pasar por alto algo que es sumamente urgente y dar el ejemplo ya que una buena parte de la contaminación lo genera la iglesia católica, pero se espera una pronta y adecuada respuesta para los bebés que no pueden pronunciarse pero sufren en silencio, el estremecimiento que cada cohete provoca en su cuerpecito, dañando sus tímpanos y lo peor generándo en su psicología una agresión que luego decantará en violencia contra su propios ser y contra los demás.
Reventar cohetes es como gritar, han señalado los especialistas, muchos padres no tolerarían que maltraten a sus niños, menos a sus bebés, pero algunas personas no parecen entender el problema y hasta parece que gozan con el dolor que provocan y lamentablemente muchos católicos maltratan a los preferidos de Jesús.
Pero también los políticos están recurriendo al uso de cohetones para apoyar a sus candidatos tanto en elecciones como fuera de ellas, lamentablemente simpatizantes de grupos que pugnan el poder hacen uso de estos pirotécnicos en diversas manifestaciones dando un pésimo ejemplo de quiénes quieren el poder pero no tienen idea de lo que la población requiere, menos los bebés, traquilidad y no violencia de las explosiones
Es doloroso ver las convulsiones de muchos niños y todo dolor que en navidad sucede ahora todo eso sucede todos los días, desde la madrugada hasta la noche, muchos pobladores ya no saben qué hacer y también parecen estar afectados por el problema ya que la irritabilidad se nota en muchos hogares.
El trauma queda a nivel del Hipotalamo, señalan los expertos, donde los recuerdos desagradables surgirán posteriormente en la adolescencia y juventud, continuará en la adultes, muchos bebés serán inseguros, violentos y no podrán con sus propios miedos, algo innecesario de provocar y que las autoridades tando locales como nacionales deberían evaluar. Cuando adultos ya es difícil superar los traumas de la cuna donde un coheton provocó sufrimiento a un bebé
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